Comando Cornisa no para de crecer. El pasado mes de marzo organizó una expedición en toda regla. Emulando las multitudinarias expediciones nacionales europeas de la primera mitad del siglo XX, el Comando movilizó a diez de sus mejores efectivos, ni siquiera faltó la mascota. (En la foto, todos menos Jaime).
El campamento base se estableció en El Barco de Ávila, ciudad monumental. El objetivo: coronar el Pico de La Covacha (2399 msnm).
Cada miembro de la expedición tiene su cometido. Las labores de intendencia imprescindibles de Maripi y Juliana les impiden unirse al resto del grupo a la hora de calzarse las botas y realizar la preceptiva aproximación a la cumbre; además la plaza porticada de Barco ofrece un marco estupendo para la hora del vermut.
El sendero nos llevará al circo glaciar a lo largo de una cuerda que domina la milenaria morrena desde el oeste y el valle poblado de aldeas desde el este.
Y después de tres horas de camino hemos alcanzado la laguna del Barco. Es el destino final para Mari Chó, Isa y nuestro can, “Manchita”. El resto emprende la subida hasta las cumbres y collados nevados.
Pronto aparecen las primeras dificultades, es hora de echar mano de los piolets y de nuestra experiencia y camaradería.
Claro que algunos se lo toman muy a pecho y parece que hacen acopio de material como para montar un puesto.
Cada tramo ascendido tiene su recompensa: solo los que llegan a este punto pueden divisar la pequeña laguna helada en la falda de La Covacha.
A partir de aquí el uso de crampones se hace imprescindible. La foto refleja al 67% de formajoven en el día en que se calzaron los crampones por primera vez.
Este es el 33% que falta, también estrenando material.
En montaña hay momentos que definen una expedición, este es uno de ellos: ante la falta de material para todos los escaladores el grupo decide escindirse. Jaime y Lucho tienen que renunciar a la cima; pero bastará con que un solo miembro de Comando Cornisa coloque sus ojos por encima de los 2400 metros para que todos hayamos tenido éxito.
En esta imagen tomada en la cumbre puede apreciarse como Camborio, Perule, Monty y Javi no dejan de pensar en Maripi, Juliana, Mari Chó, Isa, “Manchita”, Jaime, Lucho,… la emoción les embarga, no hay duda.
Para el descenso tomaremos todas las precauciones posibles, por prescindibles que parezcan.
Y esta es la foto de la que nos gusta presumir: el regreso y el proyecto de la siguiente expedición.