Hay montañas con un encanto especial. Hay semanas enteras en que «dominguea el almanaque«.
Sevilla, Bilbao y Extremadura se han citado en la montaña palentina, donde «el cielo raso se convierte en cielo«.
Con el poeta, «pusimos rumbo al horizonte y por nada nos detuvimos, ansiosos por llegar donde las olas salpican las nubes,…
… y brindar en primera fila con el sol resucitado, sentarnos en la barandilla y ver qué hay del otro lado.»
Claro que también nos ocurrió aquello de «Y cuanto más voy pa’ allá, más lejos queda, cuanto más deprisa voy, más lejos se va.»
Al cabo no tardan en aparecer las «sillas peligrosas que nos invitan a parar».
«Sueño con ecaramarme a su amplios miradores para anunciar, si es que vienen, tiempos mejores».
En nuestro afán por «descubrir y fundar, íbamos despiertos y bien atentos a cuanto ibamos a pisar…
… y al horizonte igual».
Y en la cima lucimos un banderín que ya es símbolo de una victoria sin paliativos.
Para bajar nos comportamos «como funambulistas imbatibles, dibujando en braille los pasos del siguiente mortal».
«Al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar». ¿Nunca?
En nuestra particular vuelta a la infancia, trocamos «recuerdos de un patio de Sevilla» por toboganes nevados.
Paramos para contemplar la montaña que acabamos de subir, y para degustar queso adquirido en una quesería que encontramos por casualidad buscando gasolina. Foto a mitad de camino entre la portada de un vinilo de Fórmula V y la imagen promocional de un tinto:
El viaje continua por carreteras palentinas con paradas interesantes.
Puerto de Piedrasluengas, mirador sobre Picos de Europa.
Llegamos a Castro Urdiales. A partir de aquí comienza una nueva sección de Comando Cornisa: expediciones marítimas.
A bordo del Ulyses con el capitán Juan.
Comando Cornisa 
Cuerpos fluyendo en fila desde la montaña al mar, recorriendo una vez más un camino ancestral. ¿Son almas moviendo las aguas de sus cuerpos, o ríos paseando sus almas? Desde luego este rincón aguanta cualquier cortocircuíto neuronal. Le da color ¿no?
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De todo un poco, como debe de ser. Aunque en algunos momentos nos, me, parezca un mucho.
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La verdad es que merecio la pena y mucho. El fondo norte y el fondo sur subiendo las montañas palentinas, atravesando los valles cantabros y navegando por aguas cantábricas. Buenos dias en buena compañia. Que mas se puede pedir!! Repetir.
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Joder que bien,…nosotros hemos estado en Los Mampodres y no hemos podido hacer nada por el tiempo.Solo vimos el sol el Domingo cuando regresábamos. Por poco nos volvemos a encontrar, no se la distancia pero estábamos cerca. Saludos a los Corniseros… muy buena pinta el Pateo por el Pico Murcia.
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…y eso que no se pusieron el arsenal de material «de andá» que llevaba el amigo Luis, si no dan la vuelta a España en 80 días como Willy Fog. Buen camino!!
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