Yo sé que allí,
allí donde tú dices,
vuelan las alas del agua
como palomas de escarcha
y el mar no es azul
sino vuelo de tu imaginación
en Albanta.
Yo sé que allí,
allí donde tú dices,
las nubes callan palabras
y el cielo no dice nada
y el sol es un sol
transparente como tu corazón
en Albanta.
Yo sé que allí,
allí donde tú dices,
las ciencias no son exactas
porque es eterna la infancia
y el fin no es el fin
porque no acaba lo que no empezó
en Albanta.
Yo sé que allí,
allí donde tú dices,
no existen hombres que mandan
porque no existen fantasmas
y amar es la flor
más perfecta que crece en tu jardín
en Albanta.
Que aquí, tú ya lo ves,
es Albanta al revés.
¡Tremendos escaladores Rebeca y Gonzalo! Qué bien pinta este comando.
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Esto promete. Preparando a la nueva generación que nos lleve a la montaña.
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Qué bonita experiencia. Espero que derive en una costumbre y quizá una afición.
«Creo que los recuerdos más importantes, más fáciles de contar, más poéticos, más para siempre, son los de la infancia. Quitárselos a la literatura sería como quitar la esencia de la vida. Con el tiempo, huérfanos inconsolables, ya que todos lo somos, la infancia se vuelve nuestra madre» Silvina Ocampo
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